Una vez más, por tercer año consecutivo, nuestras vacaciones vuelven a suceder en la maravillosa isla de Fuerteventura. Nuestra idea de viaje es estrictamente el deseo de disfrutar del mar, el sol, la playa, zonas vírgenes y olas, muchas olas. El norte de la isla está repleto de olas para poder surfear y así lo hemos hecho, como cada año, pero también el sur esconde varios secretos, así que este año bajamos varias veces los 130km que separan el Norte del Sur, con la suerte de encontrar olas increíbles envueltas de paisajes totalmente desérticos, bajo sus acantilados hemos comido frente al sol mientras el mar nos regalaba todo un espectáculo de olas. Víctor se ha podido estrenar en olas con fondo de roca volcánica, fué increible el 1 de Enero empezar el año cogiendo olas en un lugar donde solo estábamos nosotros en medio de la nada, disfrutando de esas olas en familia mientras Toñi lo fotografiaba para el recuerdo, sin duda un gran recuerdo. También el roscón de reyes lo comimos frente a un mar azul turquesa, totalmente solos sobre arena blanca y redondas rocas negras que añadían aún más contraste. Según el dicho, no hay 2 sin 3, pero creo que seguiremos la cuenta y sumaremos más viajes a esta maravillosa isla.

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