© Guillermo DuránSe salva por los pelos de ser arrastrada por el mar en Porto CristoDiciembre 2016

Ya lo avisé hace unos días que se tiene que tener mucho cuidado para conseguir una foto en un temporal tan fuerte de mar. Hoy es el tercer día de fuerte temporal, ayer y hoy he estado fotografiando la zona costera de Porto Cristo y su playa que ha quedado muy afectada por este oleaje. Niños del pueblo disfrutando con sus tablas en una playa donde es inusual surfear olas, olas subiendo por los acantilados y los faros, cantidad de escombros y troncos que aparecen en la playa, pero hoy ha habido un momento que me ha puesto el corazón a mil en la zona con vistas al faro, donde he visto una chica con un trípode y una cámara que para conseguir una foto se estaba acercando en exceso al acantilado (igual National Geographic le paga para que se juegue la vida), pero lo más fuerte es que hasta ha dejado el trípode y con cámara en mano se ha decidido a bajar y estar tan cerca del acantilado donde una ola casi la arrastra. Llevo más de 20 años surfeando en nuestras aguas, he salvado junto a más compañeros la vida a familias enteras por meterse en zonas de oleaje pensando que tienen la misma preparación y conocimientos que nosotros, conozco nuestro mar como muchos que nos dedicamos a surfear sus olas, hemos visto noticias una y otra vez de turistas que se asoman a los acantilados y son arrastrados o sufren un traspiés y caen al mar, luego aparecen sus cuerpos después de días de intensa busqueda por parte de los servicios de salvamento, pero tristemente aún así hay y habrá quien creé que puede desafiar su suerte. Esta vez podrá explicarlo con risas a sus amigos y familiares como ha tenido que salir corriendo. Casi se me sale el alma al verlo, he estado a punto de llamar al 112 pero he visto que ha subido y parecía que recogía las cosas para irse, buena decisión. Yo he seguido hacia la playa donde podéis disfrutar de las fotos que os comparto…

En las 4 fotos siguientes podemos ver como una aficionada a la fotografía decide poner su vida en juego, dejando el trípode más arriba y con cámara en mano bajar al borde del acantilado donde una ola casi la arrastra pudiendo acabar con su vida (hay que fijarse bien ya que el color de la ropa se camufla entre las rocas), podemos ver lo pequeña que es ella a lado de todo el mar que se ha levantado justo tras suya.

¿Te gustan mis fotografías?  Si compartes me ayudas a seguir trabajando 😉