La semana pasada estuve disfrutando de los paisajes de estas zonas tan maravillosas, con los caprichos que tiene la naturaleza y las espectaculares formas con las que moldea las rocas. La naturaleza, es sin duda, el mejor escultor.
Cala Figuera, es un pequeño pueblo de pescadores, donde nos llama mucho la atención y nos brinda unas preciosas imágenes la cercanía de las casas a sus barcas. Calò d’es Burgit, una pequeñita playa de aguas cristalinas y arenas blancas, se encuentra en el parque natural de Mondragó. Si caminamos por las rocas de la izquierda de la calita, iremos bordeando hasta salir al mar abierto, donde encontramos varias cuevas y diversas escaleras metálicas para descender o para subir de nuevo en el caso de disfrutar saltando a sus increibles aguas. Con 5 minutos de paseo llegamos a la siguiente playita, Cala Barca Trencada, otra maravillosa playa rodeada de naturaleza.
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