
La liamos bien en la sesión de fotos previa a la comunión de Miquel y Caterina, ahh y del pequeño Sebastiá que también será bautizado. Ahora con el calor, terminar la sesión en un refrescante baño es casi obligatorio, y si añadimos color pintándonos la piel pues todavía mejor, pero se nos puede ir de las manos y acabar en una guerra de pintura entre hermanos, donde el que más pintura lleve en el cuerpo no sabemos si es el que gana, o pierde esta divertida batalla, jajajajaja.
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