Por fin llegó nuestro momento para escaparnos unos días y salir de vacaciones para disfrutar de la naturaleza y el mar. Y como no, volvimos a Fuerteventura, una isla donde desconectar plenamente y disfrutar de sus olas en aguas cristalinas, visitar algún volcán con ardillas correteando alrededor nuestro, revolcarnos por sus increibles dunas y quedarnos embobados al final de cada día con sus magníficos atardeceres. También nos hemos encontrado con algunos vecinos y amigos de Mallorca que suelen invernar allí, como Mauri, Malén, Marc y Víctor. Que bonito es encontrarte con conocidos en otra isla fuera de la nuestra!!!!!!
Empezamos presentando los Molinos de Villaverde, al fondo a la derecha podemos ver el volcán de la Arena. Los molinos machos habitualmente llevan 4 aspas y son para tener más fuerza, no velocidad y se usaban para moler granos para hacer harina.↓Volcán de la Arena↓ Múltiples estátuas de cabras adornan rotondas y orillas de carretera.↓A la izquierda la montaña de Tindaya, a su derecha todo el centro desértico en la zona que lleva a la playa de Esquinzo, que está justo al fondo.↓Montaña de Tindaya↓Montaña Quemada↓Puertito de los Molinos↓ Zona Norte de Fuerteventura↓ David con 12 años, este año ya se atrevía con olas más huecas y con fondo de rocas↓ Víctor con 10 añitos también pudo disfrutar de las olas ↓ A parte de coger olas, los niños también disfrutaron mucho de jugar con sus tablas por la orilla↓ Guiem y Eva disfrutando de un bonito atardecer↓ Mauri disfrutando de una de las olas más potentes que ha surfeado en Fuerteventura↓ Sunset desde la magnífica playa de Cotillo ↓ La silueta de la isla de Gran Canaria en el horizonte, desde la playa de Cotillo.↓ Excursión al Volcán Calderón Hondo↓ En su cima nos encontramos con un impresionante cráter de 70 metros de profundidad↓ Enseguida fuimos recibidos por ardillas que vinieron a pedirnos comida. Como ya íbamos preparados les estuvimos dando trocitos de nueces mientras correteaban por alrededor nuestro, pero en cuanto oían o veían aparecer algún cuervo o águila se quedaban como estatuas para pasar desapercibidas entre las rocas.↓ Después de disfrutar de la aventura en el volcán, nos dimos un salto hasta el parque natural de las dunas en Corralejo, donde nos revolcamos y nos lanzamos por sus pendientes de arenas blancas↓ Dos turistas paseando entre las inmensas dunas, al fondo la isla de Lobos y tras ella la costa de Lánzarote.↓Y aquí nos despedimos todo el equipo que disfrutamos de esta genial isla, sus olas y sus paisajes.↓
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